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domingo, 27 de febrero de 2011


VACIATE DE TI


Siempre que oramos, pedimos a Dios que gaste nuestra vida, que nos use y que por sobretodo cuente con nosotras, nuestro corazón al parecer pertenece totalmente a Dios. Muchas de las veces nosotras tenemos la “mala maña” de guiarnos por nuestros pensamientos, y a veces hasta nos encanta seguirlo, si viene algún pensamiento negativo, vamos y seguimos el juego; empezamos a criticar, a hablar mal, a renegar, a quejarnos, a enojarnos, a amargarnos terminando obstinadas porque nada nos parece, nadie nos cae bien, nada es como pensamos o planeamos que resultaría, nada es de nuestro agrado, nuestra vida es resulta inútil vivirla. Es en ese momento donde está en prueba quien realmente eres, si eres una sierva prudente o una sierva insensata…

“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina”. Mateo 7:26

¿Por qué ser prudente o insensata?

Porque depende de dónde y cómo construyas tu casa espiritual, así será tu vida, si no sigues las palabras de Dios y las cumples nunca lograras nada, si te esfuerzas en construir tu casa en la arena en vez de construirla en la roca, de nada servirá ningún esfuerzo, la mayoría piensa que solo con dedicarle a Dios un día en la iglesia, ya es suficiente, ya construyeron su casa, y todo saldrá bien, ¿y lo demás?, ¿qué hay de ti misma?, ¿qué hay de tu vida ofrendada para Dios?, no es hacer una mansión, sino colocar las bases solidas de la casa, y poco a poco ir construyendo, pero con calidad, con firmeza para que pase lo que pase nuestra “casa” nunca se caiga, debemos vaciarnos de nosotras mismas, de nuestras limitaciones, de nuestros pensamientos contrarios a los pensamientos de Dios, de nuestras discordias, criticas, etc.

Debemos estar limpias delante de Dios, para construir completamente y firmemente. Sea lo que sea que hayas hecho ayer, o en un pasado, hoy vacíate de ti, empieza a ver dentro de ti, busca que está mal, busca que desagrada a Dios que necesitas cambiar, y atrévete a este nuevo cambio, atrévete a comenzar de nuevo a construir tu “casa” pero esta vez, con solidez.

“Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”. Isaías 55:11.


FUENTE: MUJER DE DIOS

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