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miércoles, 15 de febrero de 2012

Qué piensa el abusador

-Que no comete ningún mal. Todos saben que tanto el abuso de un menor como la violación, son delitos penados por la ley. Sin embargo, también saben que la gran mayoría no los denunciará y si fueron prostituidos por otro, nunca pedirán ayuda, por ejemplo a la policía, por que les irá peor. La policía persigue a las prostitutas infantiles, pero no hace nada con los “clientes”. Así la víctima pasa a ser la corrupta y los verdaderos corruptos permanecen en el anonimato. -Que son “machos” y necesitan sexo como “alivio”.

Esto es una mentira. El deseo sexual es controlable. Pero los que abusan suelen decir que “su cuerpo necesita alivio sexual”. -Que a los niños o jovencitos les gusta. -Que los niños o menores dieron su consentimiento para las relaciones. Por medio de regalos, atenciones o amenazas “logran” que la víctima preste consentimiento, aun sabiendo que los menores no tienen esa facultad. -Que si ellos no lo hacen otros peores lo harán. De ese modo acallan sus conciencias y hasta se sienten “bondadosos” cuando, abusando de un menor, le “regalan algo o le dan dinero”.

 ¿Cuándo sospechar un abuso? Cuando el niño o niña tiene: -Cambios de humor muy pronunciados. -Pérdida del entusiasmo. -Evita la proximidad física, tiene miedos o se muestra hiudizo. -Retrocesos en el comportamiento, como empezar a orinarse nuevamente en la cama o a chuparse el dedo. -Pérdida del apetito o llanto excesivo. -Presenta manchas o roturas en su ropa interior. -Tiene conductas muy “extrañas”: se lastima solo, muestra gran agresividad o aislamiento. -Refiere miedo a estar con cierta persona, aun siendo familiar. No oblige al pequeño a quedarse pensando que es consentido. Esté alerta, quizá sea el único signo que dé.



José Luis y Silvia Cinalli... Ministerio Restauración Sexual

Enviado por Nilda Alfonso

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