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viernes, 17 de febrero de 2012

SOY UNA MJER CASADA SIN HIJOS


«Soy una mujer casada sin hijos…. Yo lloro mucho y le
pido a Dios que nos bendiga con un hijito. He estado en varios tratamientos
médicos sin tener un buen resultado. No he perdido las esperanzas de llegar a
ser madre.»
Este es el consejo que le dimos:
Estimada amiga:
El dolor que usted está sintiendo es evidente en su mensaje. Lamentamos que
hasta ahora no haya podido realizar su sueño. Tristemente, hay millones de
familias que sienten ese mismo vacío.
»Permítanos contarle acerca de varios
amigos nuestros que se encontraban en la situación en que se encuentra usted.
Después de años de tratamientos médicos que no dieron resultado, todos
decidieron adoptar a un niño. Si bien es cierto que pudiera ser un proceso
largo y complicado, la adopción ha llenado a cabalidad el vacío que había en el
hogar y en el corazón de cada uno de ellos.
»Nosotros mismos adoptamos a tres niños, un bebé de
seis meses y dos niños mayores, de diez y once años de edad. ¿Por qué? Porque
hay miles de niños que no tienen padres, y nosotros teníamos mucho amor que
ofrecer. Dios nos bendijo al darnos un matrimonio sólido y una vida feliz.
¿Cómo no habríamos de querer compartir esa bendición con niños que, sin culpa
alguna, se han quedado sin familia?
»Usted puede pasar el resto de su vida lamentando la
falta de niños que tal vez nunca nazcan. O puede invertir esa energía en amar a
niños verdaderos que con urgencia necesitan un hogar. Adoptar a bebés puede
resultar muy costoso, mientras que adoptar a niños mayores bien pudiera ser
subvencionado por la agencia de bienestar familiar de su país. Y los requisitos
para adoptar a niños mayores por lo general son mucho menos difíciles que los
que las agencias estipulan para adoptar a bebés.
»Dios nos ha bendecido mucho, y creemos que se debe
en parte a lo que dice el apóstol Santiago acerca de la importancia que tiene
el atender a los huérfanos y a las viudas.1 El permitir que un huérfano forme
parte de su familia, y así cambiar la vida de ese huérfano para siempre,
llenará el vacío que hay en su hogar y, al mismo tiempo, mostrará que usted
quiere agradar a Dios….
»¿Es arriesgado invitar a un extraño a que forme
parte de su hogar? ¡Claro que sí! ¿Puede uno buscarse un problema que nunca
hubiera esperado? ¡Sin lugar a dudas! Pero recuerde que el tener un hijo
biológico comprende mucho del mismo riesgo. Los hijos biológicos pueden tener
impedimentos físicos, mentales o emocionales. Pueden causar una agitación
indecible en cualquier familia. El sólo hecho de que tengan una relación
biológica con usted de ninguna manera garantiza que serán como usted, que le
harán caso o que llegarán a ser los adultos que usted quisiera que fueran.
»Un niño necesitado está esperando recibir el amor
que usted tiene para darle.
»Linda y Carlos Rey.»

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