1. Enseñando a nuestros niños sobre sexualidad.
Es la mejor manera de prevenir, ya sea
abusos o embarazos no deseados, abortos, fobias, angustias o cualquier
experiencia negativa con el sexo. Aunque resulte difícil hablar, callar puede
ser fatal.
Una adecuada educación sexual a temprana
edad y una buena comunicación entre los padres y los hijos disminuye en un 80%
la probabilidad de un abuso sexual infantil.
Qué y cómo enseñar:
-Enseñar entre los 3 y los 5 años. -Dando
información elemental. -Educar por medio de juegos. -Siempre hablando con
palabras sencillas sin infundir miedo. Qué enseñar a decir y hacer: -“NO” si
alguien te quiere acariciar la cola. -“NO ME HAGAS ESO”, si alguien te quiere
tocar tus zonas privadas o íntimas. -CORRE, HUYE, si alguien más grande te
quiere tocar con el pene. -“NO” Y GRITA, si alguien te quiere tocar entre las
piernas. -Insista a que cuente lo que le preocupa acerca de cualquier tema.
2. Quitando los mitos y las mentiras
acerca del abuso y la violación. Muchas veces tenemos la idea que los abusos
pueden ocurrir solamente en lugares oscuros en manos de desconocidos,
depravados y locos que saltan sobre los niños. ¡Nada más lejos de la verdad! El
90% de los casos ocurre en el hogar del propio niño o de familiares y amigos, a
cualquier hora del día, con personas muy allegadas a él.
3. Cambiando la educación sexual de
nuestras niñas. Nuestro estereotipo social es: hombre FUERTE- mujer DEBIL. Así,
la misma sociedad crea a sus propias víctimas de abusos y violaciones: los
débiles. Dado que la mayoría de las víctimas son mujeres, es necesario
replantearnos cómo criamos a nuestras niñas. En esta sociedad machista, la
debilidad es un atributo femenino pero, a la hora de defenderse, se convierte
en una trampa mortal. La feminidad no tiene ninguna relación con la “debilidad
o la pasividad”; enseñemos a nuestras niñas a ser ágiles, a desarrollar sus
habilidades físicas.
4. Cambiando la educación de nuestros
niños. De la misma manera que criamos víctimas a las mujeres, criamos varones
como victimarios o violadores. Muchos de los violadores y abusadores están
convencidos de que a sus víctimas les gusta la fuerza y, que a la larga, se
terminarán enamorando de ellos. Nuestra cultura enseña a los varones a ser agresivos.
La mayoría de los violadores son adolescentes o jóvenes que quieres probar su
“hombría” violando a otras personas. Según el FBI, el 61% de los violadores
tienen menos de 25 años.
5. Exponiendo a los abusadores
públicamente y defendiendo a las víctimas. Los abusadores surgen de familias
con una característica en común: hogares con conflictos, problemas conyugales,
gritos, insultos ç, peleas. Es improbable que un violador surja de una familia
donde el respeto, las caricias y el buen trato sea la norma cotidiana. Por lo
tanto, debemos trabajar para que el ámbito de nuestro hogar sea un ejemplo de
amor auténtico todos los días.
José Luis y Silvia
Cinalli ...
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